jueves, 29 de julio de 2010

KINSKI Y LA DESNUDEZ DE JADE ( 2 )


4.


"Jade en otoño fue un abismo sin fin. Jade ya no está. Sus relojes ya no marcan mis horas y el invierno que vino después nunca se fue. ¿Alguna vez existió esa estación que imaginé primavera? ¿Alguna vez sus brazos me atraparon para que me hundiera en su trémola entraña? ¿Alguna vez Jade existió?

Besé su boca mil veces sin contar los números y los días. Besé su boca. Besé su boca que nunca pronunció una sola palabra. No sabía de las palabras, los golpes siempre la hicieron callar, y su semblante tierno siempre fue desesperadamente perverso... Besé su frente, su dulce calor... sí, su calor dulce: la llama, mi suspiro, el incendio, las cenizas, el agrio recuerdo, la soledad y finalmente la muerte...

¿ Quién murió ella o yo? Lo confieso, yo Kinski siempre estuve muerto... La que habla, la que habla es mi pena."

- Antes de que vos llegaras a mi vida, solo fueron números. Y yo desgraciadamente también lo fui: un nombre perdido en alguna libreta, parte de la cifra con la que alguien se jactó... Un número mi amor, un pedazo de carne para calmar el hambre de alguna loca soledad, un alma ausente y al final de todo la sin razón, el insoportable pensamiento de buscar justificar las inmensas macanas que una comete. Tentar ser alguien siendo absolutamente nadie, dejando escapar la vida día tras día en la ebriedad de las cosas sin importancia. -

- Te amo. - dijo Kinski mirándola con sus profundos y belicosos ojos azules. Ella calló y aquella madrugada no volvió a decir una sola palabra.


5.

El vaivén, una y otra vez... tantas veces infinito el regreso... la sombra y el círculo y Jade, tantas veces Jade detrás de los números, detrás de una angustia que parecía no acabar jamás, atrapada en el espejo, en el cristal, en los ojos de Kinski, en los ojos, en los ojos y en sí misma...

Kinski lo sabia: la desnudez es lo único sincero en el otro.

- No puedo vivir si mis manos no recorren su desnudez, necesito oir su descarada y juguetona voz mareándome, morirme dentro de su vientre todas las veces que pueda, resistirme y caer abatido por su boca, por lengua,su lengua viva y dulce apoderandose toda mi perversión, su lengua que ama y no pronuncia...-

- Ese es tu infierno mi querido Kinski, esa mujer en donde tu alma se pierde, ese laberinto, hermoso y dolorasomente precioso. - repliqué con benevolencia ante su sórdida confesión.

- Ese es mi abismo, el barranco, el mar, la montaña, la fosa, el terrible suplicio, la liberadora lujuria... es mi paraíso, si no tengo eso no tengo redención ni tengo vida. Es tarde. Me encanta este infierno porque me hace sentir tan vivo, tan muerto, tan penosamente vivo y mas terriblemente muerto... así es la vida llena de contradiscciones vitales. Quiero que ella me destruya: la felicidad es inevitablemente dolorosa. La belleza se revela en la desnudez. No la quiero vestida. Vestida es del mundo, de las calles, de tiempos y caminos distantes al mio. Desnuda me pertenece: su lecho está en mi jaula.

Vestida la belleza es dolor, la insinuación de las formas duele, mata, mata mucho...




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