jueves, 29 de julio de 2010

LAS PALABRAS QUE TE DIJE EN SILENCIO. ( 3 )


3.


LA PENA DE UN CANTANTE.

¡Esta tarde entendí que se paga un precio alto por la música de todos los días!

- Vamos cantante, la musa es solo musa y no entiende de tus delirios, mientras ella busca el ruido para perderse asi misma y olvidarse de su alma... tú la reinventas en el silencio de su ausencia haciéndola melodia.

No quiere su inmortalidad ni el día después, no quiere de ti la ofrenda ni la voz, ni los secretos ni las confesiones... quiere huir, quebrar tanta locura y sin razón y perderse en las sombras de tu olvido... pero no quiere dejarte, quiere permanecer, permanecer sin transcurrir, sin el compromiso de los sentimientos que la exceden... ¡Dejala ir de una vez tonto iluso! No existe para siempre y no hay eternidad... Hace años que se marcho llevándose el grito de tu garganta...

-¡Dejala ir de una vez! -

- No quiero, es mi única canción.-

La vida te ha enseñado que los apegos solo te arrebatan el presente para hundirte más en el pasado. Ves transcurrir tu vida con los ojos del ayer, mirando el espejo de los recuerdos: ¡Tú alma está en llamas Cantante y es inevitable que si ella está lejos de la música, esté lejos tambien de ti... lejos de ti, demasiado lejos, tan lejos, muy lejos que tu mente lo comprende, pero tu libertad no lo acepta.

No te das cuenta Cantante que que su tiempo juntos se marchó. Algunavez tu sueño fue el de ella... ¡Loco! ¡Desquiciado!¡Demente! ¡Obsesivo! ¡Empecinado! ¡Inocente! ¡Estupidamente inocente! ¡Inestable, emocionalmente inestable!

Tu sonrisa de niño es amarga y tus ojos ya no tienen espejo... ¡Mueres en el sepulcro en nombre de la luna, hijo mal parido del arte! Te arden las entrañas y tu pasión no halla consuelo... ¡En algún madero han crucificado tu recuerdo!

Te llego el amanecer sombrio vampiro, pronto serás polvo, polvo maldito, polvo, polvo, polvo y olvido...


Nunca oiste tu nombre en sus labios... nunca quiso tu nombre porque tuvo tu alma... y esta noche, la última noche en que te dejas sangrar, te vuelves una vez más al silencio y tu voz furiosa se ahoga en la garganta!

¡Percatate! ¡Mira de una vez, aún lloras su partida!

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